Es fundamental destacar que no todos los productos naturales son iguales. Algunos productos, como los vendidos en cadenas de supermercados o tiendas no especializadas, pueden no estar respaldados por estudios científicos rigurosos. Esto puede llevar a que los consumidores compren productos cuya eficacia no está comprobada.
Un ejemplo común son los productos como la jalea real de marcas genéricas, aunque se promocionan con beneficios para la salud, muchas veces carecen de estudios científicos que respalden sus afirmaciones.
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